La falsificación de moneda socava las economías, y los documentos de identidad fraudulentos permiten a los delincuentes desplazarse libremente. La falsificación es un delito que se remonta a la antigüedad. Actualmente el alcance es más amplio, el efecto es mayor, las herramientas están más disponibles y las técnicas son cada vez más sofisticadas.
Si no se controla, la circulación de moneda falsa puede socavar la economía nacional, debilitar instituciones financieras y poner en peligro los medios de subsistencia de las personas. Alimenta la economía sumergida y financia las actividades de las redes de delincuencia organizada y del terrorismo.
El uso fraudulento de documentos de identidad y de viaje, sean estos falsificados, alterados o sencillamente no oficiales, plantea una seria amenaza tanto para individuos como para la sociedad en su conjunto.
Avances tecnológicos recientes en materia de fotografía, informática e impresión, junto a la disponibilidad de equipos de bajo coste, han facilitado mucho el proceso de falsificación.
A fin de mantenerse al día sobre estas tecnologías en constante evolución, los organismos encargados de la aplicación de la ley deben tener competencias cada vez más técnicas.
Fuente: https://www.interpol.int/es/Delitos/Falsificacion-de-moneda-y-documentos-de-seguridad